Se nos fue Labordeta y desde el colegio se sintió su muerte de una manera especial. Pudimos ver a padres y alumnos despidiéndose en la Aljafería o cantando en la Plaza San Felipe. En el colegio se cantaron sus canciones y los niños volvieron a casa contando que sus compañeros, sus profesores, se emocionaban y lloraban por la ausencia de una persona querida por todos. Recordamos las veces que vino al colegio y como nos puso los pelos de punta desde el escenario al regalarnos una canción. Los pasillos del colegio se llenaron de mochilas y de homenajes, mientras oíamos a nuestros hijos: “Polvo, niebla, viento y sol…” De repente, nos encontramos algunos padres hablando de nuestra infancia en que recorríamos los pueblos de Aragón con las canciones de Labordeta, de Carbonell y la Bullonera y les explicamos la transición, el secuestro de los periódicos, la libertad, la democracia…Como un regalo también se tuvo la oportunidad de ver trabajar en el cole a la prensa y la televisión y por unos segundos fuimos protagonistas del telediario. Se nos fue Labordeta al Pirineo, ¡que disfrute de él! Aquí seguiremos llevando con orgullo su nombre.
Hasta siempre.
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